miércoles, 30 de noviembre de 2016

Mereana Mordegard Glesgorv..

Mordegard Glesgorv. Si lo buscas, no encontrarás nada. Las pocas veces que lo encuentres, verás un vídeo de 20 segundos de un hombre mirando fijamente a la cámara, sin emociones, luego sonriendo los últimos dos segundos. El fondo no está definido. Esta es la única parte en línea del vídeo.
El vídeo completo dura 2 minutos, y fue removido por YouTube luego de que 153 personas que lo vieron se sacaran los ojos y los enviaran a las oficinas de YouTube en San Bruno. Dichas personas luego se suicidaron, y no se sabe como lograron enviar los paquetes. Y había una inscripción críptica en sus brazos que aún no ha sido descifrada.
YouTube periódicamente sube los primeros 20 segundos del vídeo para evitar sospechas, así las personas no buscarán el vídeo real y lo subirán. El vídeo en sí fue visto por un miembro del Staff de YouTube, que comenzó a gritar luego de 45 segundos. Este hombre está bajo sedado todo el tiempo, y es incapaz de recordar qué vio. Las otras personas que estaban en el mismo cuarto que él, lo vieron y apagaron el vídeo por él, diciendo que solo podían oír el sonido de un taladro. Ninguno se atrevió a mirar la pantalla.
Nunca se halló a quien subió el vídeo, y la dirección IP de éste era inexistente. Y el hombre del vídeo jamás fue identificado.

domingo, 30 de octubre de 2016

Sin luces por la carretera...

Manuel regresaba de su pueblo a altas horas de la madrugada, antes de llegar a la autopista debía circular varios kilómetros por carreteras vecinales y comarcales que se encontraban en un estado lamentable. Además de carecer totalmente de iluminación, las curvas y lo irregular del asfaltado hacían que aventurarse en ellas de noche fuera jugarse la vida. Mucho mas cuando llevaba casi un día sin dormir debido a que su “visita al pueblo” se debía al fallecimiento de un tío lejano pero muy querido por la familia.
Luchando contra el sueño y casi por casualidad, en unos de los pocos trazados en los que la carretera permitía que la Luna iluminara la vía, divisó a lo lejos un todo terreno negro que circulaba con las luces apagadas en sentido contrario al suyo. Se consideró afortunado de no haber impactado frontalmente con él y pensando que era algún borracho que olvidó encenderlas le hizo un juego de luces con los faros de larga distancia.
El todo terreno prendió entonces sus luces de máxima intensidad, era un modelo con unas potentes luces instaladas en la parte superior del vehículo como los utilizados en algunos safaris de África. Manuel casi se sale de la carretera al ser deslumbrado por tan potentes “faros”, enfadado empezó a pitar y vociferar toda clase de insultos por la ventanilla. Lo que no esperaba es que el todo terreno haciendo un derrape  típico de películas de acción cambiara el sentido de su marcha comenzando a perseguir al coche de Manuel.
Aterrorizado comenzó a acelerar con la intención de dejar atrás a su perseguidor. Pero este parecía más veloz y diestro al volante y aprovechaba la mayor cilindrada de su vehículo para empujar y golpear el coche del asustado conductor. Hasta que sucedió lo inevitable, Manuel perdió el control de su vehículo en una curva y tras dar dos vueltas de campana acabó estrellándose contra un árbol. Al salir por la ventanilla del coche pensó por un momento que había sido afortunado de sobrevivir al accidente. Pero su alegría pronto se vio interrumpida cuando al levantar la cabeza observó como cuatro individuos bajaron del todo terreno con martillos en la mano…
Al día siguiente la policía encontró el vehículo a varios metros de la calzada y el cuerpo de Manuel casi irreconocible, machacado a golpes de martillo durante varios minutos. En el informe policial se advirtió que una vez más una de las bandas más peligrosas de la zona había vuelto a matar en uno de los ritos de iniciación a sus nuevos miembros.
Su modus operandi consistía en conducir sin luces por una carretera secundaria hasta que algún incauto trataba de advertirles haciéndoles un juego de luces. De este modo elegían a su víctima a la que obligaban a salir de la carretera o accidentarse para que después el nuevo miembro de la banda le golpeara hasta la muerte...


miércoles, 5 de octubre de 2016

El niño que nunca lloró.

Nota: Esta no es una historia que habla sobre fantasmas, ni monstruos de pesadilla, sino algo más tangible, y por ello, terrible. 

Hay mucha gente ese día. Gran cantidad de personas van y vienen.
Aquella mujer, a pesar de su nerviosismo, no sobresale de la multitud.
Sostiene un bebé dormido de pocos días de nacido en sus brazos.
La mujer parece cansada y se altera por cualquier cosa.
Cuando llega al aeropuerto se da cuenta que su vuelo se ha retrasado. La mujer va de aquí para allá con desesperación, pero por suerte su bebé no se da cuenta, sigue durmiendo plácidamente.
Los minutos pasan como si fueran horas. La mujer no está del todo consciente de su alrededor, y tropieza con un guardia de seguridad. Es un golpe fuerte, pero el bebé sigue durmiendo como si nada. La mujer trata de mantener la calma, pero a leguas se nota su intranquilidad.
“¿Está bien, señora?” Pregunta el oficial.
La mujer, titubeando, responde que sí. Y se aleja velozmente.
Ella se sienta a esperar a que salga su vuelo. Una mujer a su lado intenta sacarle conversación. Ella se limita a contestar con pocas palabras.
“Su niño debe estar muy cansado… ¡A dormido todo este rato sin siquiera arrugar los ojos!”
Ella contesta con una leve y cansada sonrisa.
Al fin anuncian que su vuelo está por despegar. Ella se levanta apresurada y se dirige a su respectiva plataforma velozmente, casi corriendo.
Uno de los guardias asignados a ese andén era el mismo con el cual se había tropezado antes. Cuando a la mujer le toca pasar, el guardia, después de revisar sus cosas, le pregunta por su bebé. Ella responde nerviosamente que está bien.
“¿Puedo verlo un momento? No nos gustaría que su bebé viajara estando enfermo ¿no lo cree?”
Pero la mujer insistía en que su niño estaba completamente bien.
“Por favor, solo será un momento. No le haré daño”
La mujer quedó pensativa unos instantes.
De pronto ella le lanza el bebé al guardia y sale corriendo. Y aunque el oficial trató de atajar al pequeño con cuidado, por culpa de los trapos que lo cubrían, lo terminó atrapando por la pequeña cabeza. Pero el bebé no lloró ni una sola vez.
Las mantas cayeron al suelo, dejando desnuda a la criatura, la cual tenía una tosca costura desde su entrepierna hasta casi llegar a su pequeño cuello.
Pocos segundos sostuvo el oficial al niño, pero estos bastaron para que su cuello cediera ante el tremendo peso que su cuerpo representaba. No hubo sangre cuando se desprendió, solo pequeñas bolsas de látex rellenas de drogas.
Y aunque el niño nunca lloró, hubo muchas personas que lloraron en su lugar...


sábado, 1 de octubre de 2016

Ten cuidado con ZOZO...

Son muchas las historias diabólicas de personas curiosas que se han sentado frente al mal llamado “juego” de la ouija. Algunos entraron en una espiral de obsesión y locura que terminó incluso con la muerte. Es una peligrosa práctica que nadie debería realizar y de la que, en realidad, poco se sabe.
Los escépticos piensan que la ouija manda mensajes que el propio grupo de personas sabe y expresa, quizás desde lo más profundo del subconsciente. La energía de una gran concentración por parte de los asistentes podría ser tal que el puntero podría llegar a moverse. Si juntamos estas dos suposiciones, tendríamos una lógica explicación al fenómeno de la ouija y, por lo tanto, sería algo completamente humano y producido por nosotros mismos.
Sin embargo, no son pocas las ocasiones en las que experiencias con el tablero evidencian que ha de haber algo más, que la ouija puede considerarse como una puerta de acceso a otro mundo, un lugar oscuro donde fallecidos y otros seres logran establecer contacto con nosotros. Si eso fuese cierto, estamos ante algo muy peligroso, ya que desconocemos a la entidad que establece un contacto directo con nosotros. Es como si dejáramos la puerta abierta de nuestra casa al irnos a dormir, sin importarnos qué persona desconocida puede entrar y con qué intenciones…

Zozo.jpg

ZOZO, curiosa sílaba repetida, sin significado aparente, no es un nombre que hayamos escuchado antes y que surge exclusivamente de testimonios de personas que han hecho la ouija. Si el tablero se mueve y da respuestas que nosotros conocemos previamente o del subconsciente, ¿cómo es posible que exista una entidad que sólo parece existir a través de la ouija?…
Cuando escuchamos aterradoras experiencias en las que los jugadores de ouija afirman haber contactado con Satanás o celebres asesinos ya fallecidos, el subconsciente podría ser la respuesta. Tal vez, nuestros temores y mayores miedo se manifiesten en esos movimientos del puntero que se dirige de una letra a otra. Son personajes que conocemos y que todos nos asustaríamos muchísimo si creemos realmente que realmente estamos estableciendo un contacto espiritual con alguno de ellos.
Es entonces cuando ZOZO cobra más importancia de lo que parece, ya que las personas que han contactado con este singular ser no habían escuchado jamás sobre él… Por lo tanto, no puede ser objeto de una sugestión colectiva. Tal vez lo puede a llegar a ser ahora, pero durante mucho tiempo, muchas personas han reproducido su nombre con extrañeza al contar su personal experiencia sobre la sesión…
He aquí algunos de los muchos testimonios sobre ZOZO que uno puede encontrar por la red y que, en cuestión de muy poco tiempo, se han multiplicado más que nunca..
Durante mis experiencias con la Ouija, un espíritu en particular siempre hizo notar su presencia. Su nombre es ZoZo. Hoy en día, me niego a pronunciar siquiera su nombre, ya que creo que la mera pronunciación del mismo puede hacer que se manifieste.
Demasiadas veces como para contarlas, pretendió ser un buen espíritu desde el principio, o pretendía ser quien sea que yo tratara de contactar. Pero, con el tiempo, mostró su verdadero yo, maldiciéndome, amenazándome a mí y a otros presentes en la sala. Una vez, me insultó usando lo que parecía Latín o Hebreo, e hizo uso de terminología bíblica.
Estaba realmente fascinado y sorprendido por el número de veces que ZoZo se manifestó, a pesar de haberlo hecho en muchos estados y tablas de Ouija diferentes. Siempre terminaba siendo muy desagradable y comentaba libremente acerca de cuanto quería poseer a mis novias y llevarlas al paraíso. Cuando le pregunte donde estaba el paraíso, el deletreó I.N.F.I.E.R.N.O.
Una vez, después de que ZoZo se pusiera extremadamente cruel, entré en mi baño solo para ver a mi hija de un año de edad a punto de ahogarse. Su madre la había dejado sola en la bañera “Solo por un segundo”, y de alguna manera, el grifo del agua se enciendo y empezó a llenar la bañera. Instintivamente, ella llevaba la cara inclinada hacia arriba, y fue cuestión de segundos para que su cara quedara debajo del agua. Al día siguiente, fue hospitalizada por alguna extraña infección interna, y fue puesta en aislamiento por dos semanas mientras los doctores intentaban diagnosticar la enfermedad. Estuvimos a punto de perderla, y fue cuando empecé a sospechar de un ataque demoníaco.

Algunos otros testimoniosEditar sección

Según me explicó él mismo a través de la ouija, Zozo es uno de los siete guardianes de los siete círculos del infierno. Si alguien realiza la ouija y establece contacto con una entidad que se inicia con una “Z”, como “Zana, Zoa, etc” finalizar sesión inmediatamente. Me temo que son demonios más poderosos que el resto y muy malignos, no acabará bien la sesión, seguramente os ataque. En mi caso, me lanzó una silla de madera contra mi cabeza. Por favor, háganme caso. La ouija es muy peligrosa, no jueguen nunca.
Cada vez que oigo hablar de Zozo y yo hablo sobre él, padezco ansiedad. Siento la negatividad, una fuerte presión en el pecho y en mi cerebro. Mi hermana y yo nos aficionamos a la ouija y establecimos contacto con un ser muy maleducado, nos insultaba y nos amenazaba. Le preguntamos cómo se llamaba y deletreó Z-O-Z-O, justo en ese mismo momento. mi sobrino (el hijo de mi hermana), quien dormía en una habitación lejana a la que estebamos con la ouija, se levantó de la siesta gritando “Zozo, Zozo, Zozo”.
No sabíamos qué le pasaba, nos asustamos mucho, parecía histérico y no dejaba de repetir esa sucia palabra… Entré en pánico cuando consulté por Internet y descubrí que, en ocasiones, Zozo amenaza con llevarse al hijo primogénito…
Cometí el error de jugar con mis amigas a la ouija, se nos manifestó una entidad llamada Zozo, qué él mismo decía ser un demonio. A la noche, tuve unas pesadillas horribles. Soñaba que alguien entraba en mi habitación y me violaba. Lo pasé muy mal, era un ser con los ojos negros del todo y su lengua era negra.
Olía muy mal, como a huevos podridos y era muy violento. Me desperté y había sangre en mi ropa interior. Me traumatizó mucho, le pedí a mis amigas que volvieran a hacer la ouija, yo no era capaz, y les preguntase si era él quien me violaba en sueños. Dijo que sí, que ahora, yo era su novia. Durante dos meses, he sentido cómo Zozo entra en mis sueños y abusa de mí. En serio, no juguéis nunca a la ouija.
Zozo se le aparece a mis amigos desde que yo sola hice la ouija en mi casa. Él se presenta en sus habitaciones, se queda inmóvil y mira cómo duermen. Ellos se despiertan al escuchar una risotada, lo ven, se asustan y él desaparece.
Una vez, sentí cómo alguien me tocaba la entrepierna mientras hacía la ouija, Zozo decía que quiere embarazarme, que iba a violarme en sueños. 
Esa noche tuve un sueño (yo nunca sueño) sobre una violación. Era Zozo, me violó en mi sueño. Hablé con él más tarde esa noche y le preguntó si era él… Me dijo que sí.
Dos noches más tarde estaba en mi sueño otra vez, me estaba ahogando; se me ocurrió que iba a morir, yo no podía respirar, me desperté jadeando. Dice que alguna noche no despertaré…
Estuvimos alrededor de veinte minutos hablando con él, Zozo dice ser un demonio oscuro. Mi novia tuvo la estúpida pregunta de si odiaba a alguien de la sala. La flecha me señaló claramente a mí.
Mi novia se echó a llorar, ZoZo me amenazó con matarme. El puntero que usábamos se elevó sin que nadie lo tocase, comenzó a girar y empezó a moverse como si de un pájaro se tratase. Luego, con mucha fuerza, cayó sobre mí. Parecía ser lanzado contra mí, me dio un buen corte en la frente. Estábamos muy asustado, cerramos la sesión.
Esa noche me costó mucho dormir, no dejaba de pensar en ese demonio. Alrededor de las tres de la madrugada, una risa me despertó. Abrí los ojos y vi algo al pie de mi cama, era como una persona pero quizás un poco más alto de lo normal. Desapareció y yo sentí estar empapado en sangre. Encendí las luces y mi nariz no dejaba de sangrar.
¿Es ZoZo un demonio capaz de entrar en nuestra dimensión? No lo sabemos, sin embargo, todos estos testimonios parecen alertar de los graves peligros que uno se enfrenta al realizar la ouija. Sea producto del pánico, sugestión o contacto real con entidades sobrenaturales, algo en común es que ninguno de ellos lo recuerda como una buena experiencia.
NADIE que haya hecho la ouija cuenta algo satisfactorio, la mayoría se arrepiente de haber probado por curiosidad a ver qué pasaba. MUCHOS de ellos han terminado con graves problemas psicológicos, traumas y, en el peor de los casos, provocándose la muerte.
Recordad estos testimonios cuando tal vez en una fiesta, quizás rodeado de tus mejores amigos, alguien mire pícaramente al resto y sugiera realizar espiritismo. La ouija nunca aporta nada positivo a tu vida y, desgraciadamente, piensa que tal vez cambie tu vida irreversiblemente y vivas eternamente en una pesadilla.

domingo, 25 de septiembre de 2016

El orfanato maldito de San Pedro...

Hace algunos años llegaron hasta nuestros oídos algunos relatos aterradores sobre un caso sucedido en San Pedro Cholula, en el estado mexicano de Puebla. Se contaba que en las proximidades de la intersección de la calle Camino Nacional y la Carretera México 190, había una casa en venta desde hacía décadas, que jamás había podido ser vendida debido a los acontecimientos que ahí sucedieron en el pasado..

Nos dirigimos hasta este sitio y luego de un poco de investigación no había nada interesante ni excepcional en el lugar, ningún hilo ni pista que pudiéramos seguir. Hablamos con los locales e ignoraban todas las historias al respecto. Por las dudas, les dejamos nuestros datos de contacto en caso de que llegaran a saber de algo.
Luego de un mes de no tener noticias y de casi olvidar el caso, una señora nos llamó. Solamente diremos que su nombre era Gloria. Esta tal Gloria nos telefoneó y nos dijo que tenía muchas cosas que contarnos y algo aterrador que mostrarnos, fue así que emprendimos el viaje de regreso a San Pedro.
La residencia de Gloria se encontraba a una distancia considerable de San Pedro, vivía en el poblado de Villa Vicente Guerrero sobre la Carretera México 121, pero nos dio santo y seña y nos resultó bastante fácil localizarla. La anciana había enviudado y vivía sola, decía tener 79 años pero su apariencia bien podía sumarle otra década más. Su cara estaba colmada de profundos surcos en la piel que el paso y el peso del tiempo habían cavado poco a poco, nos invitó a pasar. Todo su semblante parecía anticuado y pesado, se podía percibir su deseo de hablar, reprimido por un profundo miedo y terror que se reflejaban en sus ojos.
Pasamos hasta la cocina de aquella vieja casa y sobre la mesa había dejado una especie de cofre con llave. Tomó una silla, se acomodó sobre esta, abrazó aquella vieja caja de madera y comenzó a relatar la historia de aquella casa, en otros tiempos conocida como el Orfanato de San Pedro. Así comenzó el relato mientras sacaba las fotos de aquel cofre:
Esa casa jamás podrá ser vendida. Ahí sucedieron cosas horrorosas, cosas abominables de las que nadie quiere hablar. La historia comienza desde algunos años antes de su construcción, cuando aquella tierra virgen era un lugar de rituales satánicos. Lo que pasó en el orfanato fue la culminación trágica de todo aquello que se empezó a sembrar en el pasado, la venganza y la ira de aquellos seres de la oscuridad. Yo lo vi todo… yo lo vi todo.
Algunos años después del fin de la Gran Guerra, mi familia decidió venir a vivir de Francia a México, gran parte del continente europeo vivía un estado constante de agitación y mi padre temía que sucediera lo que varios años después pasó, la Segunda Guerra Mundial, la peor de todas. Mi padre trabajaba en el campo como un agricultor, y mi madre se dedicaba a la familia, con las posibilidades limitadas tuvieron que venderlo todo y se vinieron a vivir a Puebla, lo único que no abandonamos o vendimos en Francia fue la cámara fotográfica de mi madre, ya que se trataba de un objeto muy moderno y supusimos que en México todavía no existía. Desde muy chica heredé el pasatiempo y la pasión de mi madre, ella me enseñó a tomar fotos y rápidamente me hice aficionada a esta práctica. Cuando cumplí los XV años me contrataron en el Club Social del pueblo para que trabajara como fotógrafa de un evento donde estarían algunas personalidades importantes de la época, ya no recuerdo ni quienes eran.
Aquel evento se hizo fiesta y se extendió hasta muy tarde, por lo que no me quedó más remedio que volver caminando hasta mi casa durante la noche. A la altura de lo que hoy se conoce como calle Camino Nacional sentí la presencia de algo extraño. Mi reacción no fue otra que esconderme entre unos árboles ante el miedo de que alguien me persiguiera, más por mi cámara que por mí. Varias personas se adentraron en esta calle de terracería. No los pude distinguir bien, pero me mantuve oculta en aquel lugar. Luego de un tiempo, los ruidos ya no iban en mi dirección, podía apreciarlos gracias al viento que los llevaba hasta mí. Eran susurros y murmullos, como si alguien estuviera rezando, aquello calmó mi miedo un poco. Salí de mi escondite con mucha cautela y me dirigí al lugar de donde provenían los sonidos, a unos cuantos metros de la ruta. A la distancia logré ver a unas cuantas personas, la negrura de la noche y las siluetas de sus sombras se fundían con sus vestimentas, fue entonces que escuché un sonido suplicante, me recordó a cuando mi padre mataban a un animal para comer, inició con un llanto, le siguió un grito y luego un golpe seco. Aquellos sonidos me helaron los huesos, el miedo me hizo correr hacia mi casa. Esa noche preferí no contar nada a mis padres, pero tampoco pude dormir.
Al día siguiente regresé al lugar, me aseguré de que nadie estuviera en los alrededores y empecé mi recorrido por la calle Camino Nacional, en aquel entonces había una hacienda abandonada. El pasto dominaba por todas partes, había un pastizal tupido que separaba la calle de la finca. Busqué un sendero y en este encontré unas huellas que decidí seguir, caminé hasta cruzar la vegetación, descendí algunas rocas y encontré un pequeño claro despejado, sin pasto, sin piedras, rodeado de pinos muertos. No había nada ni nadie en aquel sitio, estaba completamente vacío, pero en el centro de aquel claro una mancha negra destacaba entre el suelo. Me acerqué hasta la mancha y le pasé la mano, era una sustancia pegajosa, al tratar de limpiarla entre el suelo perdió el color y se tornó rojiza, rápidamente me di cuenta de que era sangre. Mi instinto de supervivencia hizo que mi corazón se acelerara, me sentía observada por miles de ojos, por los pinos, por aquel lugar. Dirigí mi vista con desesperación hacia todas partes y no había nadie, el ruido de aquel silencio era absorbente, ni siquiera el canto de los pájaros podía escucharse, entonces me eche a correr, corrí, corrí y corrí… corrí hasta que llegué a mi casa. Esta vez no me quedó más remedio que contarle a mis padres, pero ambos hicieron menos el asunto, y con toda razón ¿quién se iba a preocupar por una mancha de sangre en el medio de un campo abandonado, donde cientos de animales deambulan todo el tiempo? Era demasiado iluso de mi parte que aquello les impresionara, pero mi instinto me decía que allí pasaba algo.
Ese fin de semana me contrataron para otro evento del Club Social, esta vez terminó a la hora acordada pero como ya contaba con el permiso de mis padres para llegar de madrugada, decidí ir a ver si volvía a encontrar algo extraño en aquel lugar. Caminé por el mismo sendero, atravesé todo el pastizal, baje por las mismas piedras y apenas iba llegando al claro donde encontré la sangre, pude percibir aquellos “rezos” que había escuchado la primera vez… esta vez eran más fuertes y estaban más cerca.
El terror se apoderó de mi cuerpo, miré hacia el punto desde donde provenían los murmullos y los pude ver. Era un grupo de hombres vestidos de negro, con grandes capuchas. Susurraban una especie de oración que nunca había escuchado y se acercaban a mí. En aquel momento me escondí entre los arbustos y disparé una fotografía. Cuando la tomé pude ver lo que me acechaba, eran cuatro hombres que venían hacía donde yo estaba, detrás de ellos había un número mucho mayor. No tenía escapatoria, así que no tuve más remedio que seguir escondida, lo que vi aquella noche fue aterrador.
Entre oraciones y movimientos rituales extraños, uno de estos hombres presentó algo envuelto entre una manta, lo dejó en el suelo, justo en el sitio donde yo había visto la mancha de sangre, y le quitó la manta. Fue entonces cuando pude ver de dónde venían los gritos. No era un animal, sino un niño, ¡un bebé! Otro hombre levantó sus manos hacía el cielo, y mientras miraba a la noche oscura, soltaba frases en un idioma desconocido para mí. Poco a poco pude sentir como me orinaba en los pantalones, jamás podré olvidar aquel calor de mi orín fluyendo por el frio de mi piel. Entonces, un tercer hombre que llevaba una hoz la levantó ya la dejó caer sin piedad ni contemplaciones sobre el cuerpo del bebé, cesando al instante los llantos de aquella criatura. Mientras seguían con el ritual, los hombres se abalanzaron sobre el cadáver del niño, todo mi cuerpo estaba descompuesto, temblando sin control. Luego de unos cinco minutos, que se me hicieron una eternidad, los hombres de negro se marcharon, dejando apenas un charco de sangre donde momentos antes yacía aquel niño, y nada más. Cuando mis piernas lograron moverse, me eche a correr, el corazón casi se me salía de tanto miedo.
Al llegar a mi casa, mis padres pudieron notar al instante el estado en el que me encontraba. Esta vez tenía una prueba en mis manos. Una vez que revelamos la foto no dudaron en ir a la comisaría. Ahí fuimos atendidos por el comisario Ricardo Carbajal, quien escuchó con atención mi relato. Cuando terminé de contarle mi historia se le dibujo una sonrisa de ironía en el rostro, pensando que eran tonterías de niños, hasta que le entregamos la foto y le cambió el semblante. Lo primero que dijo fue que tuviéramos cuidado, que la policía se haría cargo, pero que no dijéramos nada a nadie más.
Mi familia era muy religiosa, por lo que mi madre no tuvo mejor idea que ir a contárselo al sacerdote del pueblo, creyendo que necesitaba el perdón por algo de lo que ni siquiera era culpable. Platiqué con el padre Ernesto Rocafuerte, quien no tardó mucho en divulgar con furia entre sus pares lo que un grupo de “herejes y satánicos” (como los llamó) estaban haciendo en el pueblo.
Luego de unos días, el rumor podía sentirse en el aire, nadie decía nada, pero todos sabían algo, todos se habían enterado de que algo pasaba, la gota que derramó el vaso fue la desaparición de Martín, el bebé primogénito de la familia Suarez. Fue entonces cuando el pueblo inició una revuelta, gobierno e iglesia incluidos, lo primero que hicieron fue acudir al lugar.
Prácticamente todo el pueblo estaba allí, rodearon, se dividieron y unas cuantas personas ingresaron por los cuatro flancos. Con cautela, llegaron a aquel claro que había relatado… y allí estaban. En un momento de cólera todos los presentes atacaron al mismo tiempo, ninguno de los hombres vestidos de negro huyó, solamente se quedaron ahí, inmóviles mientras la multitud los destrozaba. En cuestión de minutos fueron masacrados, encendieron una gran hoguera y los arrojaron a todos en ella, Martín, el bebé de los Suarez, nunca fue encontrado. Jamás olvidaré los gritos de Suarez y el olor repugnante a piel y cabello quemado que impregnaba el ambiente, aquel mismo olor que percibí en Francia cuando los soldados quemaban nuestros hogares.
En aquella misma reunión se prohibió a todos los allí presentes hablar de aquel acto, este hecho hundiría a un pueblo que poco a poco se las había arreglado para subsistir, y lo que habían cometido era asesinato a sangre fría, una venganza que jamás entraría en los términos de la legalidad. Hubiera sido la perdición para el comisario y todos los demás. Pensando que la foto que había proporcionado a la policía era la única copia, la arrojaron a la hoguera junto con los cuerpos y aquel recuerdo ardió. Para borrar aquel nefasto hecho, decidieron edificar un orfanato en aquel lugar, una especie de homenaje a todos aquellos pequeños que habían muerto de la peor forma. Fue así que se construyó el Orfanato de San Pedro.
Pasaron unos cuantos años antes de que el albergue se terminara, y una vez que estuvo listo se pobló rápidamente, yo jamás sentí una pizca de tranquilidad mientras pasaba por aquella calle, lo evitaba cada que podía, interminables escalofríos me recorrían todo el cuerpo cada vez que tenía que pasar por la zona… hasta que un día, la señora Adelaida López, encargada del lugar, me solicitó tomar algunas fotografías con motivo del aniversario del orfanato.
Durante aquella tarde tomé varias fotografías, pero especialmente dos lo resumen todo. En una se puede ver a Adelaida y a María, su hija, con dos de los niños del orfanato. A lo que hay colgando sobre la mesa jamás pude encontrarle explicación, nuevamente un mal presentimiento se apoderó de mí. Pero en esta ocasión no tenía policía a quien recurrir… ¿Qué ley se estaba rompiendo? Ninguna, al menos ninguna ley del hombre.
La otra la tomé en el exterior del orfanato, a una niña bastante risueña que reía y se mostraba asombrada por la cámara. La risa no la dejaba estar quieta para la foto, pero una vez que lo conseguí, esto fue lo que apareció en la imagen. Los niños a los lados no estaban cuando tomé la foto y lógicamente ese no era el rostro “risueño” de la niña que capturé en la silla. El oscuro pasado del lugar había hecho presencia..
Decidí acudir nuevamente con el padre Ernesto con las fotos en mano para hablar sobre el asunto. No pasaron más que unos cuantos días hasta que llegaba al pueblo un sacerdote que aseguraba ser experto en asuntos de exorcismos, con experiencia en bendecir sitio y alejar a los malos espíritus. En cuanto el sacerdote Ángel Lugo puso un pie sobre el orfanato, se detuvo, nos miró y con una cara de profundo pánico exclamó “no tengo nada que hacer en este lugar”. Sin más explicaciones regresó por donde vino. El padre Ernesto intentó en repetidas ocasiones bendecir el lugar, pero apenas abría la botella de agua bendita y rociaba unas gotas, antes de que cayera al suelo, el agua simplemente se evaporaba. Una vez más acordamos guardar silencio, por el bien del orfanato, por los motivos del pasado y por la tranquilidad del pueblo.
Entonces sucedió lo peor…
Aquel día amaneció con lluvia, el cielo estaba cubierto de nubes grises que amenazaban con escupir granizo. El viento soplaba fuerte y yo tenía que ir hasta la ciudad a realizar algunos trámites. Como casi era de madrugada, uno de mis vecinos se ofreció a acercarme hasta Puebla. Cuando íbamos pasando por la entrada al orfanato puede ver la patrulla del comisario Ricardo Carbajal, indudablemente algo malo había pasado. Le pedí a mi vecino que parara, prepare mi cámara (como ya se me había hecho una costumbre desde hacía mucho) y me metí al orfanato sin llamar a la puerta, pero preguntando por Adelaida… luego por María y finalmente por el comisario. Nadie respondió a mis llamados. Entonces me adentré en la casa y al entrar a la habitación donde estaban los dormitorios pude ver el terror en persona.
Los cadáveres de los niños estaban desparramados por todo el lugar, no habían sido mutilados pero parecía que les habían roto cada hueso del cuerpo, uno había sido ahorcado con su propia bufanda. Todos tenían el cuello roto y golpes en la espalda, como si los hubieran lanzada contra las pareces. Era una escena horrorosa, oscura, tenebrosa, aquello era el infierno.
En otra habitación se encontraba Adelaida, también tenía los brazos y las piernas rotas, sus ojos habían quedado abiertos y aun se podía ver en ellos el horror que había sufrido previo a su muerte. María yacía muerta sobre su cama, un fuerza descomunal le había torcido el cuello girándole el rostro hacía la espalda. También había niños esparcidos por los corredores, todos habían perecido, todos de la misma forma, con la misma brutalidad.
Mientras tomaba las fotos se hicieron presentes el comisario Carbajal y el padre Ernesto. Carbajal estaba patrullando la zona y vio las puertas abiertas, cuando entró a ver si todo estaba bien vio lo sucedido, en un ataque de pánico corrió hasta la iglesia a contarle al padre Ernesto, olvidándose del auto. La desesperación se apoderó de nosotros, los tres estábamos horrorizados y atónitos. La tempestad afuera comenzó a arreciar, fue entonces que pudimos escuchar ruidos, susurros, murmullos, gritos, llanto… niños llorando, personas… ¿rezando? Carbajal gritó que venían desde la tierra. Con esperanza, los tres comenzamos a romper las tablas del piso esperando encontrar a alguien que hubiera logrado escapar de aquella masacre, creyendo que algún niño se había ocultado en un escondite secreto. Entonces descubrimos lo más terrorífico de toda esta historia.
Bajo las tablas de aquel suelo había una especie de sótano. Cuando ingresamos, un olor penetrante y nauseabundo nos envolvió. La humedad de aquel sitio era terrible, encendimos una veladora y pudimos presenciar aquel horroroso espectáculo. En este sótano del orfanato de San Pedro se encontraban la totalidad de los restos de todos los hombres de negro que habían sido masacrados y quemados hasta las cenizas en la hoguera, era una especie de mausoleo del infierno, como una sátira, una espantosa burla de terror, estos hombres… ahí, eternos, sombríos, quemados, en silencio, continuaron su ritual.
Hicimos un pacto, los restos de los niños, de Adelaida y de María fueron sepultados en el cementerio del pueblo, pero aquel sótano fue cubierto con tierra y concreto para que nadie más volviera a profanar aquel horrendo lugar. Hace unos años murió Carbajal, hace dos semanas falleció el padre Ernesto y ahora solo quedo yo. Creía que me iba a ir con este secreto a la tumba, tal como habíamos pactado, pero desde aquel suceso jamás pude dormir tranquila, las sombras aun me atormentan por las noches, obligándome a vivir en la miseria y la oscuridad… no quiero esto para mi eternidad, así que decidí relatárselo a ustedes y mostrarles las pruebas. No son los primeros en ver las fotografías, pero sí en conocer la verdad. Hagan lo que mejor les parezca, pero dejen a esos hombres de negro en paz.
Fue así como volvimos a la ciudad, cuando pasábamos por la casa de lo que antes había sido el orfanato de San Pedro nadie se atrevió a mirar con detenimiento, pero un ambiente de oscuridad aún permanece en toda la zona......

martes, 13 de septiembre de 2016

La leyenda de Los niños endemoniados de Illfurt

Esta historia de terror aconteció en la localidad alemana de Illfurt, donde infinidad de testigos dieron cuenta de un hecho aterrador y desconcertante: dos hermanos de 8 y 9 años mostraron síntomas de haber sido poseídos por el demonio a mediados del siglo 19. Los niños comenzaron a experimentar cosas fuera de lo común como hablar en lenguas extrañas, sus cuerpos sufrían extrañas mutaciones, su estómago comenzaba a moverse e hincharse, hablaban con voz gruesa sin mover los labios etc.
Su habitación estaba caliente aún en pleno invierno y sin calefacción, poseían una fuerza extraordinaria al punto que varios hombres eran necesarios para poder dominarlos, sus piernas se enredaban, aparecían bultos y deformidades en sus cuerpos pero nadie sabia que hacer. Este cuadro se completaba con siniestras profecías que salían de sus bocas anunciando muertes y desgracias a las personas que ingresaban a su habitación.
Todos estos hechos fueron estudiados por la Iglesia Católica durante tres años, que finalmente envió a un sacerdote a practicar un doble exorcismo. Cuando el párroco estaba en plena tarea, una voz aterradora expresó “ ¡¡ Ahora me veo obligado a ceder!!”, tras lo cual los niños se sumieron en un profundo sueño, del que despertaron completamente sanos y sin ningún daño físico...

La leyenda de la bañera con Hielo...

Un joven tímido y retraído decide pasar una noche con sus amigos, que tras mucho insistir, consiguen que los acompañe a una discoteca. El joven se llamaba Ariel y apenas ingresó al local, se maravilló por el ambiente y la algarabía que se vivía en el lugar. Se quedo en un rincón mientras sus amigos se divertían pero vio como una hermosa muchacha lo observaba sin disimulo.
Esto se extendió por media hora, tras la cual y beber un par de tragos para envalentonarse, decidió ir a charlar con ella. Inmediatamente entablaron conversación y tras un par de besos, la chica lo invitó a ir a su departamento. Sin ninguna duda, Ariel se dirigió con la joven hacia su domicilio, donde le ofreció un trago mientras ella se fue al baño.
Al cabo de unos minutos comenzó a sentirse mareado y se desvaneció para despertarse a la mañana siguiente. En medio de una nebulosa pudo reconocer que estaba en una bañera llena de hielo y unas extrañas cicatrices en su espalda. A un costado había un papel que decía: “Llama urgente a emergencias sino quieres morir en pocas horas ya que te hemos extirpado los riñones”… Se trataba de una banda de traficantes de órganos que utilizaba a una bella joven para lograr su macabro cometido.

jueves, 1 de septiembre de 2016

3:12 P.M

Es difícil vivir bajo la sombra de uno mismo. Es prácticamente imposible. A menos que tú seas yo. A menos que vivas en dos mundos separados. Dimensiones. Debo decir dimensiones porque uno de mí está en el futuro, y el otro está en el presente. Bueno, uno de mí estaba en el futuro. Y ahora ese yo está muerto.
¿Alguna vez has sido asesinado? Claro que no. Yo sí, y no puedo decir que sea una experiencia recomendable. Ni siquiera me secuestraron o dispararon en la calle. Yo fui una estadística más. Fui uno de los 43 estudiantes que murieron en el tiroteo en Webster High School en Webster, Wisconsin. No debería, pero ese yo está muerto, y este yo está vivo. Estoy vivo en Chicago, Illinois. Y voy a detener el tiroteo y a salvarlos. A salvarnos a nosotros.
Solo tengo 11 horas y 12 minutos para detener esto antes de que pase. Tengo hasta las 3:12 pm, CST. Sé que el tirador es Mitchell Dupree, y también sé que está en el primer semestre de Biología, que inicia exactamente en cinco horas. Hay un trabajo esperando por mí.
Sudor, un sudor frío. Así es como lo recuerdo. Así es morir. Estaba tan nervioso, pero fue rápido, en la parte trasera de un salón de clases de matemática en mal estado, el único sobresaturado. Sí. Aún recurrimos a la sobresaturación. Recurríamos, recurríamos. Tiempo pasado. Era el único salón de clases. 43 estudiantes en las estadísticas de la policía. Eso es irónico. Fuimos y somos estadísticas. Quizá si nuestra escuela hubiera gastado el dinero haciendo salones de clases más pequeños, en lugar de construir un nuevo campo de fútbol, solo se hubieran perdido 25 almas. Apuesto a que la junta escolar nunca pensó en eso.
Mitchell Dupree se sentó conmigo. Se sienta, se sienta conmigo. Un chico callado. Siempre de los más callados, supongo. Mitchell parecía agradable… eso hasta que puso una bala en la cabeza de la pobre señor Dodd. La dulce solterona que amaba los números más que a sus 12 gatos. Los ama. El pasado se acerca a mí, vigilando cada movimiento. Lo sabe. Sabe que no debería estar aquí ahora.
El Dr. Langdon dice que se debe a mi “condición”: “trastorno de personalidad múltiple”, está seguro. El Dr. Langdon es un idiota. Esto es real. Todo es real. ¿Por qué nadie me escucha? Mi amigo Mitchell me escucha. Él es muy agradable. Vive en el espejo sobre el lavabo del baño. Tenemos grandes planes para hoy… a las 3:12 pm.


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miércoles, 17 de agosto de 2016

Verónica 9 veces: Verónica puede hablar.

Como hay muchas historias de Verónica, voy a contar la que se está contando mucho en Cáceres. La historia popular de Verónica es la que dice que a medianoche haces un círculo en el centro, pones una Biblia y unas tijeras y dices su nombre cinco veces y aparece Verónica y mueres. Me han contado una variante muy buena que trata de un caso particular.
Trata sobre una chica a la que le gustaba mucho el espiritismo, pero ella era muy miedosa, y un día le contaron una historia de Verónica que cuenta que si a medianoche tú haces un círculo y en el centro poner una Biblia, una rosa, la tijera con la que has cortado la rosa y un tablero de espiritismo con un vaso, y luego pronuncias cinco veces su nombre, entonces Verónica habla contigo y te dice cómo y dónde vas a morir.
La chica, al contarle esta historia, tuvo gran interés pero también miedo, y decidió que una noche lo tenía que hacer. Una noche ella se quedó sola en casa y decidió hacerlo: cortó una rosa de su jardín e hizo un círculo en el salón y puso la Biblia, la rosa, la tijera y el tablero de espiritismo. Y esperó hasta que fue medianoche y pronunció su nombre cinco veces, pero no sucedió nada. La chica esperó un rato y de pronto vio que el vaso empezó a moverse y pudo leer:
—Morirás esta noche. Cuando la rosa se marchite, la tijera se te clavará en el pecho.
La chica, toda asustada, gritó en voz alta:
—¡No quiero morir! ¿Eres Verónica? Por favor, no me hagas daño.
Y vio que el vaso se movía y leyó:
—Soy Verónica, yo no te voy a hacer daño, pero tú no puedes evitar tu destino.
La chica empezó a ponerse histérica y pegó una patada al tablero de espiritismo y todo salió por los aires; pero entonces vio la rosa y pensó que si nunca se marchitaba no se le clavaría la tijera, y entonces salió disparada a por la rosa, pero tropezó con el tablero de espiritismo y se cayó encima de la tijera y se la clavó en el pecho. Dicen que cuando se la encontraron sus padres había un hermoso rosal que brotaba de la sangre de la chica.

miércoles, 10 de agosto de 2016

Iré a por ti, esta noche...

¿Lees eso? Espero lo tengas en mente ahora que has llegado a mí. ¿Cuál es tu número de visitante? "100.000". Recuérdalo, pues debe ser tu último pensamiento cuando la vida se escape de tu cuerpo.
¿Qué buscas? ¡Oh, no! Mejor no lo digas, sabré bien qué es, lo veré en tu mente o reflejado en tus ojos. Yo te lo puedo dar, pero el precio a pagar es bastante alto. A cambio de lo que quieres, tú me darás lo que quiero. Tu vida.
Piensa bien, ¿te has decidido ya?
Te advierto que si no te atreves a cumplir el trato, salgas de inmediato. Aún tienes oportunidad de que no te cobre. ¿Sigues aquí? ¡Vaya, vaya! Entonces supongo que quieres arriesgarte; me provocas. Bien, muy bien... Te explicaré un poco el pago. ¡Dolor! ¡Dolor extremo que carcome el aire que intentas respirar, que quema tus ojos cuando quieres buscar una salida! Eso es la muerte. ¿Gloria? ¿Eternidad? ¡Nada de eso encontrarás! Simples fantasías creadas por la mente humana para el consuelo del sufrimiento provocado por lo despreciado por la vida.
Mi padre lo supo muy bien, se lo he enseñado yo. Era un simple alcohólico, basura del mundo; se lo merecía. Dime, ¿te lo mereces tú? Cantidad de veces tentaste a la suerte, queriendo llamar con mentalidad de niño estúpido a aquellos pobres que no pueden ni ver ni oír. Eso me enoja, ¿sabes? ¡Nos enoja!
¿Qué buscas, qué te atrae de los muertos? ¿Qué es el misterio de esos cuerpos putrefactos, de esas almas atrapadas en un camino din destino o punto de partida siquiera que quieres desentrañar? ¿¡Qué te hicimos para que perturbes nuestro descanso!? ¿¡QUÉ TE HEMOS HECHO!?
Nada, ¡obviamente! Pero tu deseo es vernos, tenernos, conocernos, descifrarnos... Y es hora de manifestarnos. Cumpliré mi parte del trato; cumple la tuya. ¿Crees que miento? Anda, cierra los ojos y espera... Siéntelo.
Ábrelos otra vez y mira a tu alrededor... No, no, allí no. Intenta otra vez, procura concentrarte. Ahí, en ese punto que atrae tu vista, tu cuerpo; mantén tus ojos fijos allí por unos segundos. Una pequeña sombra, una pequeña figura; solo fue un instante.
Tú jugaste con nosotros, y ahora yo jugaré contigo. Las agujas pronto marcarán nuestra hora favorita, pero parece que aún no me crees. Me acerco, tiento el calor que recorre tu cuerpo vivo por el momento. Más y más, estoy más cerca de ti... ¿Es que no lo notas? Voltea y mírame, ¡estoy detrás de ti! Oh, jo-jo, solo bromeo, ¿verdad?
Estoy contigo, te sigo mientras te levantas y das unas torpes vueltas antes de volver a sentarte. Detallo esos movimientos nerviosos que haces con tus manos mientras respiras con más dificultad; veo que intentas disimularlo, pero... Eso no servirá conmigo, como sabrás. ¿Qué quién soy? No, no, no, esa no es la pregunta correcta.
Ya no veo que te rías y burles como antes, ¿eh? ¿Es que has visto ya por la ventana? Hazme caso mientras te queda tiempo; apaga el ordenador antes de que me hagas enojar. ¡Mejor no me hagas caso! Solo soy... ¿Qué fue eso, te preguntas? ¡Lo notaste, no lo niegues!
Esa sensación de frío punzante que pasa a través de tu cuerpo, helando tu sangre, enviando descargas medianamente dolorosas a tus nervios... Eso, mi querido amigo, es lo que sienten los mortales cuando un muerto lo atraviesa. ¡Mira tu cara, qué espectáculo! Ya no pareces tan retador.
Te preguntas desde dónde te estoy viendo, ¿no? Es obvio: desde el monitor. Te dije que apagaras el ordenador, pero no me has hecho caso. Mientras sigas leyendo, seguiré observándote.
"¿Qué clase de broma es esta?", te preguntarás. Es solo un relato, ¿cierto? El miedo se dispara a tus instintos y te avisa que algo anda mal... ¿Por qué sigues aquí y no le haces caso? El mensaje es muy claro:
NO SIGAS LEYENDO.
¿No me harás caso? Me enojas. Discúlpate, pídeme perdón, suplícalo en voz alta ahora mismo. No bromeo. Hazlo, demuestra que te arrepientes, ¡HAZLO AHORA!  No tienes ni la menor idea de lo que acabas de hacer, ¿verdad? Te sientes como un niño, un niño torpe que es acorralado en una travesura, cuyo tiro salió por la culata. Tengo razón y lo sabes, ¿no?  Te observo... Detallo todo; no solo a ti, sé bien dónde estás.
Y esta noche iré a por ti. ¿Estás preparado para dar mi pago?

miércoles, 3 de agosto de 2016

El ojo de la sangre...

¿Nunca antes has deseado algo con toda tu alma…Tanto que estarías dispuesto a hacer cualquier cosa por conseguirlo?
Si es así, y quieres obtener lo que deseas a cualquier precio te hablaré, oh aventurero, del Ojo de La Sangre.
Antes que nada debes saber que al ojo le gustan los juegos, por lo tanto, si decides seguir adelante con esto espero que estés dispuesto a jugar.
Primero que nada procura estar solo en casa, así nadie podrá interrumpir. Luego de este punto, no habrá vuelta atrás. Si decides no jugar, solo vete, cierra el navegador y olvida que alguna vez estuviste ante la presencia de El Ojo de la Sangre. Pero si decides jugar, no te preocupes, yo seré tu guía mientras no haya la mínima señal de duda en tu espíritu. Buena suerte.
Cuenta hasta diez mientras el ojo te observa. No importa que tan bien guardes tus secretos, mentiras y pecados. el ojo llegará hasta las profundidades más recónditas de tu alma y encontrará y desnudará todo aquello que escondes. Si te encuentra indigno no te preocupes, el juego ha terminado antes de comenzar y eres libre de irte, o puedes quedarte de espectador. Pero no intentes jugar. Esa es una grave ofensa y recuerda que él conoce muchas maneras de torturar un alma y un cuerpo.
Pero si el ojo te ha considerado digno, escucharás en los momentos siguientes un suave tintineo de campanas que parece sonar solo dentro de tu cabeza. El juego ha comenzado y el lleva la ventaja. Rápido, ponte de pie, ya no hay vuelta atrás. Corre y apaga todas las luces que estén encendidas. Todas absolutamente 
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todas. Rómpelas si es necesario porque has llamado a las criaturas de la oscuridad para que te ayuden y no lo harán si hay alguna fuente de luz en tu hogar.
Luego vuelve aquí. Comenzarás a escuchar susurros que parecen seguirte adonde quiera que vayas. Las criaturas de las tinieblas han respondido a tu llamado de ayuda y te están juzgando.
Si no te han aprobado, las luces volverán a tu hogar y las criaturas te llevarán a las profundidades del abismo donde serás objeto de las más crueles torturas y perversiones que nunca han pasado por la mente de los humanos. Pero si has pasado será mejor que continuemos, pues el ojo es impaciente y no le gusta que lo hagan esperar. Corre rápidamente al baño de tu casa y no prendas la luz, enciérrate y coloca dos velas cerca del espejo. No importa si no tenías velas, ya tendrás dos en tu bolsillo.
Espera a escuchar una voz de niña, dulce e infantil que tararea una melodía que seguramente te será conocida de tu infancia. En los momentos siguientes escucharás como la niña comienza a gritar pidiéndote que toques el espejo. No lo hagas… Será violada, torturada, mutilada, descuartizada y asesinada. No importa lo que escuches en medio de esa oscuridad, no importa lo que ella diga. No hagas caso a sus gritos de ayuda. Ella murió hace tiempo y nada de lo que hagas puede ayudarla. Está condenada a vivir sus últimos momentos de vida por la eternidad y no debes intervenir a menos que quieras sufrir su destino en carne propia.
Todo permanecerá en silencio unos segundos hasta que las dos velas se encenderán de pronto. En el espejo podrás ver el rostro de la niña, sin labios ni ojos que te mira sonriendo y estira una mano hacia ti para hacerte lo mismo que le hicieron a ella. No te preocupes, recuerda que las criaturas de la oscuridad están de tu parte y no permitirán que te toque.
El espíritu de la niña entonces se quitará un lazo rojo del cabello y lo dejará en tus manos deseándote buena suerte, ahora sabe que estás jugando al mismo juego que ella perdió hace ya muchos años, y ha decidido ayudarte.
Guárdalo en tu bolsillo. Si has llegado hasta aquí significa que tu espíritu es fuerte; sin embargo, tu destino aún es nebuloso. Ahora debes ir hacia la cocina; una vez allí toma un cuchillo, el más afilado que tengas. Esto último es lo más importante, debe estar lo más afilado posible.
Ahora, si tienes alguna habitación en la que guarden cajas y cosas viejas, algo así como un depósito, dirígete a toda prisa hacia él. La puerta estará cerrada y la manija de esta arderá al rojo. Golpea tres veces, y cuando escuches un gruñido parecido al que hace alguien que habla con la boca llena, entra.
La habitación estará en penumbras y vacía, a excepción de una mesa y una silla en frente de ti. Sobre la mesa habrá un elegante mantel blanco de seda y un plato de porcelana. Siéntate educadamente en la silla y espera a que tu acompañante, al que no puedes ver bien, termine de comer.
El hedor a carne descompuesta que despide es nauseabundo, pero debes evitar hacer una sola mueca de asco. Si no puedes contigo mismo y no logras evitarlo, él parará de comer y te mirará a los ojos. Aunque no puedas verlo, sabrás que lo está haciendo. En ese momento di: “Lo siento, algo que comí me ha hecho mal”.
Tu acompañante no mediará palabra y continuará con su comida. Espera a que deje de comer y arroje su plato al suelo. Todo permanecerá en silencio por unos instantes y luego te pedirá algo para comer. No importa lo que te pida, no se lo niegues, pues más que la carne de los humanos, le gustan sus gritos.
“Dedo” será seguramente su primera palabra. No dudes y toma el cuchillo que tenías y cercena uno de tus dedos, no importa si gritas y te retuerces. Él disfruta el espectáculo. Coloca el dedo en tu plato y pásaselo. Él se lo comerá y te devolverá el plato vacío para que lo llenes de nuevo con lo que te pida a continuación.
Depende de la valentía que haya en tu corazón, el número de partes que te pida, pues solo disfruta masticando la carne de los débiles. Lo último que dirá será “corazón”. No te alteres y coloca en el plato el lazo manchado de sangre que te dio la niña y pásaselo de nuevo. Él devorará el lazo y se atragantará con él. Proferirá múltiples alaridos hasta caer muerto sobre la mesa.
Ponte de pie, lo más difícil ya pasó. Acércate a él y busca en el plato que le pasaste con el lazo. Encontrarás dos esferas viscosas, son un par de ojos. No los mires y guárdalos en tu bolsillo mientras sales de la habitación. Tendrás todos tus dedos de vuelta y el dolor habrá desaparecido. Hasta este momento has demostrado ser un digno oponente para El Ojo de la Sangre y ahora enfrentarás la última prueba que decidirá tu destino.
Debes regresar a tu habitación y sentarte frente al ordenador como si nada. Ella está detrás de ti ahora. Por favor, no voltees. Ella antes solía ser una hermosa mujer, pero pagó con su belleza y su vida la traición hacia su marido. Este le arrancó la nariz y los labios, le amputó los senos y abrió con un cuchillo su vientre en el que llevaba el fruto de la infidelidad.
Respira tranquilo, ella no te hará daño por ahora.
Comenzará a sollozar por lo bajo lo injusta que fue la vida con ella y lo cruel que fue su muerte y que jamas podrá ver a su hijo, al que aún lleva descomponiéndose en su útero destajado y cocido por gruesos hilos de entre los cuales mana sangre purulenta.
Levántate, no la mires directo a la cara ni al vientre, y di con toda la firmeza que puedas: “Un humilde regalo para una dama tan bella”, y sin mirarlos, entrégale los ojos que tienes en tu bolsillo.
Si ella ríe de manera diabólica con una voz gruesa y sobrenatural, no has sido lo suficientemente convincente y ella personalmente te quitará tus ojos, abrirá tu estómago y coserá en él a su niño putrefacto. Pero si ríe con macabra inocencia, tu regalo le ha gustado y ha decidido darte su bendición. Ella se colocará los ojos y por primera y última vez podrás verla como era antes, quizás la más bella mujer que verás en tu vida y sentirás el impulso de seguirla cuando se esté yendo. Pero recuerda su verdadera imagen y despídela cuando te dé un beso en la mejilla. La habitación se oscurecerá totalmente y solo quedará un sangriento punto rojo en una de las paredes de la habitación en la que estás.
Sé respetuoso, pues estás ante El Ojo de la Sangre. Está furioso porque lo has vencido en su juego y no perderá la oportunidad de hacer con tu cuerpo cosas inimaginables y hacerte experimentar niveles de dolor que no crees posibles. Pero al fin y al cabo has ganado. Ahora puedes pedirle tres y solo tres deseos. Puedes pedirle lo que quieras, excepto, obviamente, más deseos. Eso sería estúpido de tu parte después de todo lo que has pasado.
Puedes pedirle que mate a alguien a quien odias, riquezas, fortuna, poder, conocimiento, cualquier cosa que pase por tu mente. Una vez que hayas terminado, aparecerá ante ti un vial de vidrio y una pequeña navaja. Sin pensarlo, córtate un poco el brazo lo suficiente para llenar un poco el vial, no es necesario llenarlo del todo. Has alimentado al Ojo de la Sangre con la tuya propia y, por esto, te dejará ir.
Cierra tus ojos, las luces que antes apagaste se encenderán, y aparecerás en tu hogar. No olvides darle las gracias a las criaturas de las tinieblas que te han ayudado, despídelas con cortesía. Jamás las volverás a ver. Sin embargo, conservarás por siempre la cicatriz del corte en tu brazo con el que llenaste el vial de sangre.
Recuerda que lo que has visto esta noche es un secreto del cual jamás debes hablar con nadie. No te preocupes, nadie te preguntará por las cosas que hayas obtenido mediante los deseos anteriores. Considérate afortunado, pues eres uno de los pocos que ha vencido al Ojo de la Sangre. Esto es todo, ha llegado mi hora de irme… Gracias por jugar.





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miércoles, 27 de julio de 2016

Nunca abras la puerta en año nuevo...


Estaba celebrando Año Nuevo con un amigo cercano cuando tocan la puerta de la casa. Me dirigí hacia la puerta para ver quién era, la abrí y era mi amigo de la infancia, su pelo estaba canoso por el paso del tiempo y tenía marcadas las arrugas de la frente. Lo invité a pasar y él se sentó en una de las sillas de la habitación, saludó a mi acompañante y comenzamos a conversar.
—¿Les cuento una historia de terror de Año Nuevo? —preguntó Rafael, así se llama mi mejor amigo. Asentimos con la cabeza y comenzó— Un día como hoy, una familia estaba celebrando el Año Nuevo…igual que hoy. Estaban comiendo el gran banquete que tenían de cena cuando llaman a la puerta. La madre se levanta de la mesa y se dirige a la entrada para ver quién podría ser, tal vez un amigo de la familia o algún pariente, pero no era así; la mujer abrió la puerta y se encontró con un hombre viejo y robusto; éste sostenía un cuchillo carnicero en las manos. La señora soltó un grito a lo que sus hijos completamente alarmados fueron hacia donde se encontraba ella y también vieron al hombre. Éste les dijo que tenía una misión que realizaba todos los Años Nuevos a la misma hora; esa misión era…decapitar a todas las personas que estuvieran dentro de una casa determinada, y esa vez…era el turno de ellos. El hombre tomó a la mujer por los brazos y la sentó bruscamente en una silla. Ella usó todas sus fuerzas para poder escapar de ello pero todo resultó en vano; al cabo de un rato se halló atada en la silla. El hombre hizo lo mismo con sus hijos.
De pronto se comenzaron a escuchar pisadas provenientes de la escalera, el hombre se dio la vuelta y allí se encontró con el papá de la familia. Mantuvieron una pelea a combos y patadas por al menos veinticinco minutos, pero ésta se acabó cuando el viejo agarró su cuchillo con fuerza para atravesar el estómago del hombre; luego tomó el rodillo de cocina de la señora, que no estaba muy lejos de su alcance y con éste le dio una fuerte golpiza al herido, haciendo que quedara inconsciente. Su esposa no hacía nada más que gritar y llorar desesperada por lo que le acababa de ocurrir a su marido, igual hacían los niños, que no tenían más de seis años de edad. El hombre se acercó al cuerpo inconsciente con su cuchillo en la mano y lentamente lo fue presionando contra su cuello hasta que al fin la cabeza se logró despegarse de él, dejando un gran charco de sangre a su alrededor. El asesino se acercó a uno de los niños, al más pequeño para ser precisos; éste lo miraba con cara de inocencia, pero ni siquiera por eso el hombre tuvo un poco de compasión. La madre gritaba desesperada, no podía hacer nada para salvar a su hijo, y él estaba ahí, siento decapitado por un hombre al que nunca le había causado  ningún daño; después de un momento, vio la cabeza de su pequeño caer al suelo; el viejo hizo lo mismo con el otro niño. La madre ya no lloraba… había perdido las tres cosas que más quería así que estiró el cuello y se dejó decapitar. El hombre recogió  las cuatro cabezas, las metió en una bolsa y luego, la bolsa, dentro de una mochila que traía en la espalda, luego de eso…se marchó… ¿Les gustó la historia?
—Si —dijimos mi acompañante y yo al unísono.
—Pues me alegro —dijo Rafael— porque este es el turno de ustedes
—¿Estás de broma, verdad? —dije fingiendo una risa y dándole un golpecito en el brazo.
—Lo siento, pero no —sonrió maquiavélicamente y me quedé petrificado mientras veía como se abalanzaba hacia mi amigo y lo acuchillaba para luego matarlo y cortarle la cabeza—. Ahora te toca a ti —Comenzó a acuchillar mis piernas, luego mi abdomen, mis intentos de liberarme eran en vano ya que él tiene mucha más fuerza. Ahora, siento como el cuchillo penetra en mi garganta y cierro los ojos lentamente…

miércoles, 13 de julio de 2016

Es solo un juego...

Era un día oscuro, apagado, sin luna, era un día como siempre, frió y común. Decidí encender mi ordenador como era habitual, para dialogar con amigos y de vez en cuando entrar a algún chat para hablar con otras personas, entre a un chat al azar y empecé a dialogar y poco poco me adentraba al tema que hablaban, era un juego, un supuesto juego que se tenia que entrar a varios chats para encontrarte con una supuesta chica que había muerto hace 2 años, por culpa del bullying que recibía en este tipo de chat, Amanda Hall, en fin, accedí igualmente es simplemente y llanamente "Solo un Juego".
El juego consistía en entrar a 15 chats al azar hasta estar en uno solitario y decir algo parecido a "Estoy aquí, seguiré tus reglas y haré lo que me pidas, soy tu siervo, Amanda..", Decidí hacer esta estupidez solo para pasar el momento y tener alguna anécdota que decir al día siguiente con mis amigos y reírnos un rato, hice paso a paso lo que me pidieron esas 7 personas en el chat, me decían que la ultima chica que lo intento fue encontrada en su casa decapitada con un cuchillo en su cuello y un escrito en la pared que claramente decía "Es solo un Juego".
Entré a los 15 chats y escribí "Estoy aquí, seguiré tus reglas y haré lo que me pidas, soy tu siervo, Amanda.." fatal error, luego de 5 minutos en los 15 chat solitarios me aburrí y fui cerrando uno por uno cada chat, al llegar al sexto chat este no cerro y se tildo la ventana de este, no preste atención y dije ; Es mi computador, ya esta un poco viejo y desgastado, me pasa a diario.
Cuando mi computadora por fin reaccionó entro un misterioso usuario llamado "Amanda Hall" lo primero que se me vino a la mente era, por favor, en serio? ahora que me pasará,que me dirá? mínimo es una broma de los chicos que están en el chat y solo me quieren decir estupideces, me dirigí al chat donde se encontraban todos y les dije que había entrado "Amanda", ellos obviamente no me creyeron y les dije que ingresaran al chat numero 678, me dijeron que intentaron ingresar pero les aparecía una ventana que le decía "No registrado", me hice la loca y dije esta bien, seguiré hablando con la tal Amanda.
Le dije Hola como era habitual para empezar una conversación ella me respondió algo parecido a "678. Hola", le pregunte como estaba y que hacia,etc....algo típico para empezar una conversación, me dijo que bien,que
Estaba algo adolorida, le pregunte por que y me respondió "estar en tu armario es algo incomodo, nos vemos luego, o tal vez nunca" luego apareció una ventana que decía "Amanda Hall se ha desconectado- Descansa", no le presté atención y seguí con mis actividades normales en la PC, luego a las 2 am, me entró la curiosidad y decidí investigar más sobre esta chica, grave error, no necesitaba saber esto que me encontré allí.
Intente localizar a Amanda en el buscador del chat, pero al parecer la cuenta de esta chica estaba baneada hace mas de 3 años, en ese momento dije, no puede ser, debe ser algún Hacker o algo que ingreso a la DB y se puso el nombre, esto me inquieto mas así que decidí buscar su historia, Amanda era una chica feliz que le gustaba andar con amigos, decidió tomarse unas fotos y estas las regaron por todo el colegio estas eran muy vergonzosas ya que mostraba su cuerpo, causándole un bullying excesivo lo único que podía hacer era entrar a su casa y estar en una computadora, en los chats, donde nadie sabia lo que le pasaba y no podía ser juzgada.

Paso el tiempo y las fotos se regaron por todo ese chat y decidió suicidarse, murió el 6 de Julio del 2008, esto coincidía más y más pero bueno no le preste atención alguna y me dirigí a mi cama, allí empezaron a empeorar las cosas. La ventana se abrió sola y algunas ramas de el árbol que estaba cerca cayeron en ella, algo que era habitual hablándose de mi casa, todas las tablas rechinaban y el frió era inmenso, más la llovizna hacia una combinación perfecta para dormir... o para morir.

Estaba intentado dormir pero no lo logre, el tan dichoso closet se empezó a hacer raros sonidos, pero seguía intentado dormir, escuche una pequeña voz que decía "ATM"
esto si me hizo estar un poco alerta y decidí abrir un poco la puerta de mi habitación, de un momento a otro mi closet se abrió y cayeron todas mis cosas de el y solo quedaba una sombra en el fondo, en la cual un rayo la ilumino y era una chica, una chica la cual no podre olvidar jamás, se dirigía hacia mi pero pegué un inmenso grito que logró alertar a mis padres y vecinos, evitando que la tan anhelada Amanda me lograra tocar.

Desde entonces no he decidido contar esta historia a nadie, ya que obviamente no me creerán, vengo a decirla en Internet y que ojala no se le ocurra entrar algún chat, menos hacer ese tipo de reto, que puede hacer que ustedes no tengan tanta suerte como yo y sean las próximas victimas de Amanda Hall, aunque no dudes en revisar tu closet cada noche o debajo de tu cama, dulces sueños.