miércoles, 17 de agosto de 2016

Verónica 9 veces: Verónica puede hablar.

Como hay muchas historias de Verónica, voy a contar la que se está contando mucho en Cáceres. La historia popular de Verónica es la que dice que a medianoche haces un círculo en el centro, pones una Biblia y unas tijeras y dices su nombre cinco veces y aparece Verónica y mueres. Me han contado una variante muy buena que trata de un caso particular.
Trata sobre una chica a la que le gustaba mucho el espiritismo, pero ella era muy miedosa, y un día le contaron una historia de Verónica que cuenta que si a medianoche tú haces un círculo y en el centro poner una Biblia, una rosa, la tijera con la que has cortado la rosa y un tablero de espiritismo con un vaso, y luego pronuncias cinco veces su nombre, entonces Verónica habla contigo y te dice cómo y dónde vas a morir.
La chica, al contarle esta historia, tuvo gran interés pero también miedo, y decidió que una noche lo tenía que hacer. Una noche ella se quedó sola en casa y decidió hacerlo: cortó una rosa de su jardín e hizo un círculo en el salón y puso la Biblia, la rosa, la tijera y el tablero de espiritismo. Y esperó hasta que fue medianoche y pronunció su nombre cinco veces, pero no sucedió nada. La chica esperó un rato y de pronto vio que el vaso empezó a moverse y pudo leer:
—Morirás esta noche. Cuando la rosa se marchite, la tijera se te clavará en el pecho.
La chica, toda asustada, gritó en voz alta:
—¡No quiero morir! ¿Eres Verónica? Por favor, no me hagas daño.
Y vio que el vaso se movía y leyó:
—Soy Verónica, yo no te voy a hacer daño, pero tú no puedes evitar tu destino.
La chica empezó a ponerse histérica y pegó una patada al tablero de espiritismo y todo salió por los aires; pero entonces vio la rosa y pensó que si nunca se marchitaba no se le clavaría la tijera, y entonces salió disparada a por la rosa, pero tropezó con el tablero de espiritismo y se cayó encima de la tijera y se la clavó en el pecho. Dicen que cuando se la encontraron sus padres había un hermoso rosal que brotaba de la sangre de la chica.

miércoles, 10 de agosto de 2016

Iré a por ti, esta noche...

¿Lees eso? Espero lo tengas en mente ahora que has llegado a mí. ¿Cuál es tu número de visitante? "100.000". Recuérdalo, pues debe ser tu último pensamiento cuando la vida se escape de tu cuerpo.
¿Qué buscas? ¡Oh, no! Mejor no lo digas, sabré bien qué es, lo veré en tu mente o reflejado en tus ojos. Yo te lo puedo dar, pero el precio a pagar es bastante alto. A cambio de lo que quieres, tú me darás lo que quiero. Tu vida.
Piensa bien, ¿te has decidido ya?
Te advierto que si no te atreves a cumplir el trato, salgas de inmediato. Aún tienes oportunidad de que no te cobre. ¿Sigues aquí? ¡Vaya, vaya! Entonces supongo que quieres arriesgarte; me provocas. Bien, muy bien... Te explicaré un poco el pago. ¡Dolor! ¡Dolor extremo que carcome el aire que intentas respirar, que quema tus ojos cuando quieres buscar una salida! Eso es la muerte. ¿Gloria? ¿Eternidad? ¡Nada de eso encontrarás! Simples fantasías creadas por la mente humana para el consuelo del sufrimiento provocado por lo despreciado por la vida.
Mi padre lo supo muy bien, se lo he enseñado yo. Era un simple alcohólico, basura del mundo; se lo merecía. Dime, ¿te lo mereces tú? Cantidad de veces tentaste a la suerte, queriendo llamar con mentalidad de niño estúpido a aquellos pobres que no pueden ni ver ni oír. Eso me enoja, ¿sabes? ¡Nos enoja!
¿Qué buscas, qué te atrae de los muertos? ¿Qué es el misterio de esos cuerpos putrefactos, de esas almas atrapadas en un camino din destino o punto de partida siquiera que quieres desentrañar? ¿¡Qué te hicimos para que perturbes nuestro descanso!? ¿¡QUÉ TE HEMOS HECHO!?
Nada, ¡obviamente! Pero tu deseo es vernos, tenernos, conocernos, descifrarnos... Y es hora de manifestarnos. Cumpliré mi parte del trato; cumple la tuya. ¿Crees que miento? Anda, cierra los ojos y espera... Siéntelo.
Ábrelos otra vez y mira a tu alrededor... No, no, allí no. Intenta otra vez, procura concentrarte. Ahí, en ese punto que atrae tu vista, tu cuerpo; mantén tus ojos fijos allí por unos segundos. Una pequeña sombra, una pequeña figura; solo fue un instante.
Tú jugaste con nosotros, y ahora yo jugaré contigo. Las agujas pronto marcarán nuestra hora favorita, pero parece que aún no me crees. Me acerco, tiento el calor que recorre tu cuerpo vivo por el momento. Más y más, estoy más cerca de ti... ¿Es que no lo notas? Voltea y mírame, ¡estoy detrás de ti! Oh, jo-jo, solo bromeo, ¿verdad?
Estoy contigo, te sigo mientras te levantas y das unas torpes vueltas antes de volver a sentarte. Detallo esos movimientos nerviosos que haces con tus manos mientras respiras con más dificultad; veo que intentas disimularlo, pero... Eso no servirá conmigo, como sabrás. ¿Qué quién soy? No, no, no, esa no es la pregunta correcta.
Ya no veo que te rías y burles como antes, ¿eh? ¿Es que has visto ya por la ventana? Hazme caso mientras te queda tiempo; apaga el ordenador antes de que me hagas enojar. ¡Mejor no me hagas caso! Solo soy... ¿Qué fue eso, te preguntas? ¡Lo notaste, no lo niegues!
Esa sensación de frío punzante que pasa a través de tu cuerpo, helando tu sangre, enviando descargas medianamente dolorosas a tus nervios... Eso, mi querido amigo, es lo que sienten los mortales cuando un muerto lo atraviesa. ¡Mira tu cara, qué espectáculo! Ya no pareces tan retador.
Te preguntas desde dónde te estoy viendo, ¿no? Es obvio: desde el monitor. Te dije que apagaras el ordenador, pero no me has hecho caso. Mientras sigas leyendo, seguiré observándote.
"¿Qué clase de broma es esta?", te preguntarás. Es solo un relato, ¿cierto? El miedo se dispara a tus instintos y te avisa que algo anda mal... ¿Por qué sigues aquí y no le haces caso? El mensaje es muy claro:
NO SIGAS LEYENDO.
¿No me harás caso? Me enojas. Discúlpate, pídeme perdón, suplícalo en voz alta ahora mismo. No bromeo. Hazlo, demuestra que te arrepientes, ¡HAZLO AHORA!  No tienes ni la menor idea de lo que acabas de hacer, ¿verdad? Te sientes como un niño, un niño torpe que es acorralado en una travesura, cuyo tiro salió por la culata. Tengo razón y lo sabes, ¿no?  Te observo... Detallo todo; no solo a ti, sé bien dónde estás.
Y esta noche iré a por ti. ¿Estás preparado para dar mi pago?

miércoles, 3 de agosto de 2016

El ojo de la sangre...

¿Nunca antes has deseado algo con toda tu alma…Tanto que estarías dispuesto a hacer cualquier cosa por conseguirlo?
Si es así, y quieres obtener lo que deseas a cualquier precio te hablaré, oh aventurero, del Ojo de La Sangre.
Antes que nada debes saber que al ojo le gustan los juegos, por lo tanto, si decides seguir adelante con esto espero que estés dispuesto a jugar.
Primero que nada procura estar solo en casa, así nadie podrá interrumpir. Luego de este punto, no habrá vuelta atrás. Si decides no jugar, solo vete, cierra el navegador y olvida que alguna vez estuviste ante la presencia de El Ojo de la Sangre. Pero si decides jugar, no te preocupes, yo seré tu guía mientras no haya la mínima señal de duda en tu espíritu. Buena suerte.
Cuenta hasta diez mientras el ojo te observa. No importa que tan bien guardes tus secretos, mentiras y pecados. el ojo llegará hasta las profundidades más recónditas de tu alma y encontrará y desnudará todo aquello que escondes. Si te encuentra indigno no te preocupes, el juego ha terminado antes de comenzar y eres libre de irte, o puedes quedarte de espectador. Pero no intentes jugar. Esa es una grave ofensa y recuerda que él conoce muchas maneras de torturar un alma y un cuerpo.
Pero si el ojo te ha considerado digno, escucharás en los momentos siguientes un suave tintineo de campanas que parece sonar solo dentro de tu cabeza. El juego ha comenzado y el lleva la ventaja. Rápido, ponte de pie, ya no hay vuelta atrás. Corre y apaga todas las luces que estén encendidas. Todas absolutamente 
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todas. Rómpelas si es necesario porque has llamado a las criaturas de la oscuridad para que te ayuden y no lo harán si hay alguna fuente de luz en tu hogar.
Luego vuelve aquí. Comenzarás a escuchar susurros que parecen seguirte adonde quiera que vayas. Las criaturas de las tinieblas han respondido a tu llamado de ayuda y te están juzgando.
Si no te han aprobado, las luces volverán a tu hogar y las criaturas te llevarán a las profundidades del abismo donde serás objeto de las más crueles torturas y perversiones que nunca han pasado por la mente de los humanos. Pero si has pasado será mejor que continuemos, pues el ojo es impaciente y no le gusta que lo hagan esperar. Corre rápidamente al baño de tu casa y no prendas la luz, enciérrate y coloca dos velas cerca del espejo. No importa si no tenías velas, ya tendrás dos en tu bolsillo.
Espera a escuchar una voz de niña, dulce e infantil que tararea una melodía que seguramente te será conocida de tu infancia. En los momentos siguientes escucharás como la niña comienza a gritar pidiéndote que toques el espejo. No lo hagas… Será violada, torturada, mutilada, descuartizada y asesinada. No importa lo que escuches en medio de esa oscuridad, no importa lo que ella diga. No hagas caso a sus gritos de ayuda. Ella murió hace tiempo y nada de lo que hagas puede ayudarla. Está condenada a vivir sus últimos momentos de vida por la eternidad y no debes intervenir a menos que quieras sufrir su destino en carne propia.
Todo permanecerá en silencio unos segundos hasta que las dos velas se encenderán de pronto. En el espejo podrás ver el rostro de la niña, sin labios ni ojos que te mira sonriendo y estira una mano hacia ti para hacerte lo mismo que le hicieron a ella. No te preocupes, recuerda que las criaturas de la oscuridad están de tu parte y no permitirán que te toque.
El espíritu de la niña entonces se quitará un lazo rojo del cabello y lo dejará en tus manos deseándote buena suerte, ahora sabe que estás jugando al mismo juego que ella perdió hace ya muchos años, y ha decidido ayudarte.
Guárdalo en tu bolsillo. Si has llegado hasta aquí significa que tu espíritu es fuerte; sin embargo, tu destino aún es nebuloso. Ahora debes ir hacia la cocina; una vez allí toma un cuchillo, el más afilado que tengas. Esto último es lo más importante, debe estar lo más afilado posible.
Ahora, si tienes alguna habitación en la que guarden cajas y cosas viejas, algo así como un depósito, dirígete a toda prisa hacia él. La puerta estará cerrada y la manija de esta arderá al rojo. Golpea tres veces, y cuando escuches un gruñido parecido al que hace alguien que habla con la boca llena, entra.
La habitación estará en penumbras y vacía, a excepción de una mesa y una silla en frente de ti. Sobre la mesa habrá un elegante mantel blanco de seda y un plato de porcelana. Siéntate educadamente en la silla y espera a que tu acompañante, al que no puedes ver bien, termine de comer.
El hedor a carne descompuesta que despide es nauseabundo, pero debes evitar hacer una sola mueca de asco. Si no puedes contigo mismo y no logras evitarlo, él parará de comer y te mirará a los ojos. Aunque no puedas verlo, sabrás que lo está haciendo. En ese momento di: “Lo siento, algo que comí me ha hecho mal”.
Tu acompañante no mediará palabra y continuará con su comida. Espera a que deje de comer y arroje su plato al suelo. Todo permanecerá en silencio por unos instantes y luego te pedirá algo para comer. No importa lo que te pida, no se lo niegues, pues más que la carne de los humanos, le gustan sus gritos.
“Dedo” será seguramente su primera palabra. No dudes y toma el cuchillo que tenías y cercena uno de tus dedos, no importa si gritas y te retuerces. Él disfruta el espectáculo. Coloca el dedo en tu plato y pásaselo. Él se lo comerá y te devolverá el plato vacío para que lo llenes de nuevo con lo que te pida a continuación.
Depende de la valentía que haya en tu corazón, el número de partes que te pida, pues solo disfruta masticando la carne de los débiles. Lo último que dirá será “corazón”. No te alteres y coloca en el plato el lazo manchado de sangre que te dio la niña y pásaselo de nuevo. Él devorará el lazo y se atragantará con él. Proferirá múltiples alaridos hasta caer muerto sobre la mesa.
Ponte de pie, lo más difícil ya pasó. Acércate a él y busca en el plato que le pasaste con el lazo. Encontrarás dos esferas viscosas, son un par de ojos. No los mires y guárdalos en tu bolsillo mientras sales de la habitación. Tendrás todos tus dedos de vuelta y el dolor habrá desaparecido. Hasta este momento has demostrado ser un digno oponente para El Ojo de la Sangre y ahora enfrentarás la última prueba que decidirá tu destino.
Debes regresar a tu habitación y sentarte frente al ordenador como si nada. Ella está detrás de ti ahora. Por favor, no voltees. Ella antes solía ser una hermosa mujer, pero pagó con su belleza y su vida la traición hacia su marido. Este le arrancó la nariz y los labios, le amputó los senos y abrió con un cuchillo su vientre en el que llevaba el fruto de la infidelidad.
Respira tranquilo, ella no te hará daño por ahora.
Comenzará a sollozar por lo bajo lo injusta que fue la vida con ella y lo cruel que fue su muerte y que jamas podrá ver a su hijo, al que aún lleva descomponiéndose en su útero destajado y cocido por gruesos hilos de entre los cuales mana sangre purulenta.
Levántate, no la mires directo a la cara ni al vientre, y di con toda la firmeza que puedas: “Un humilde regalo para una dama tan bella”, y sin mirarlos, entrégale los ojos que tienes en tu bolsillo.
Si ella ríe de manera diabólica con una voz gruesa y sobrenatural, no has sido lo suficientemente convincente y ella personalmente te quitará tus ojos, abrirá tu estómago y coserá en él a su niño putrefacto. Pero si ríe con macabra inocencia, tu regalo le ha gustado y ha decidido darte su bendición. Ella se colocará los ojos y por primera y última vez podrás verla como era antes, quizás la más bella mujer que verás en tu vida y sentirás el impulso de seguirla cuando se esté yendo. Pero recuerda su verdadera imagen y despídela cuando te dé un beso en la mejilla. La habitación se oscurecerá totalmente y solo quedará un sangriento punto rojo en una de las paredes de la habitación en la que estás.
Sé respetuoso, pues estás ante El Ojo de la Sangre. Está furioso porque lo has vencido en su juego y no perderá la oportunidad de hacer con tu cuerpo cosas inimaginables y hacerte experimentar niveles de dolor que no crees posibles. Pero al fin y al cabo has ganado. Ahora puedes pedirle tres y solo tres deseos. Puedes pedirle lo que quieras, excepto, obviamente, más deseos. Eso sería estúpido de tu parte después de todo lo que has pasado.
Puedes pedirle que mate a alguien a quien odias, riquezas, fortuna, poder, conocimiento, cualquier cosa que pase por tu mente. Una vez que hayas terminado, aparecerá ante ti un vial de vidrio y una pequeña navaja. Sin pensarlo, córtate un poco el brazo lo suficiente para llenar un poco el vial, no es necesario llenarlo del todo. Has alimentado al Ojo de la Sangre con la tuya propia y, por esto, te dejará ir.
Cierra tus ojos, las luces que antes apagaste se encenderán, y aparecerás en tu hogar. No olvides darle las gracias a las criaturas de las tinieblas que te han ayudado, despídelas con cortesía. Jamás las volverás a ver. Sin embargo, conservarás por siempre la cicatriz del corte en tu brazo con el que llenaste el vial de sangre.
Recuerda que lo que has visto esta noche es un secreto del cual jamás debes hablar con nadie. No te preocupes, nadie te preguntará por las cosas que hayas obtenido mediante los deseos anteriores. Considérate afortunado, pues eres uno de los pocos que ha vencido al Ojo de la Sangre. Esto es todo, ha llegado mi hora de irme… Gracias por jugar.





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